Las consecuencias del incendio declarado, el pasado 6 de mayo, en un bloque de viviendas del polígono de El Valle todavía colean. De hecho, desde hace tres meses, un matrimonio con sus tres hijos viven en una furgoneta aparcada a la intemperie, en la explanada de enfrente del inmueble afectado por el fuego.
Bienvenido Fernández y su mujer, Isabel Santiago, no olvidarán la fecha del 6 de mayo de este 2010. Fue el día en que un incendio les obligó a dejar su casa y, desde entonces, viven, literalmente, en la calle. El fuego originado en el tercer piso del bloque número once del sector ocho de El Valle dejó su hogar sin luz, sin agua, con techos y puertas quemadas y con un fuerte rastro de olor a humo. Desde entonces, la pareja, junto con sus tres hijos, lucha para poder volver a su hogar y vivir, tal y como reclaman, en unas “condiciones mínimamente dignas”.
Pendientes de que se iniciaran los trabajos de reparación del inmueble, durante el primer mes después del siniestro fueron acogidos por unos vecinos que les dejaron alojarse hasta que se arreglase su casa. De esta manera, lograron resguardarse de las lluvias que azotaron a la provincia durante los primeros meses del año y que se alargaron hasta bien entrado junio.
Sin embargo, los días pasaron y Bienvenido Fernández e Isabel Santiago tuvieron que marcharse de casa de sus vecinos. “Les estamos muy agradecidos pero no nos podíamos quedar allí para siempre”, explica el afectado. Así, ante la imposibilidad de volver a su hogar, ya que no disponían ni de luz ni de agua y, además, tenía los techos quemados, los cinco miembros de la unidad familiar optaron por vivir en una furgoneta aparcada en la explanada situada justo enfrente del inmueble siniestrado.
Esto sucedía en el mes de junio, cuando el resto de vecinos poco a poco iban volviendo a sus casas. En el caso de Bienvenido Fernández, un problema en la tramitación de la documentación para que el seguro del titular del piso donde se originó el fuego, Sebastián C., se hiciese cargo de la reparación hizo que esta se dilatara en el tiempo. De esta manera, la furgoneta les ha servido de hogar improvisado. En la calle tienen una mesa con varias sillas para poder comer y cenar. Incluso, cuando el calor ya ha empezado a apretar, sacan los colchones fuera del vehículo para poder dormir algo más “fresquitos” que en la furgoneta.
Hace apenas un mes, les arreglaron la luz y el agua de su inmueble. De esta manera, durante las últimas semanas han podido ir a su casa para cocinar y ducharse, eso sí, con agua fría, porque no tenían calentador. Bienvenido Fernández explica que otra vecina les dejaba calentar el agua para que su hija más pequeña se pudiera asear sin pasar frío. Sin embargo, no podían dormir allí a causa del fuerte olor a humo y por miedo a que los techos —de escayola— se pudieran desprender.
final feliz. ¿Dónde reside la demora en la reparación? El retraso, según explican desde la Delegación de Obras Públicas y Vivienda, titular del inmueble afectado, es por el conflicto entre la empresa aseguradora de Sebastián C. y la Junta. En estos momentos, ambas partes están inmersas en un litigio para determinar quién se tiene que hacer responsable de la reparación. Pero, precisamente, para que los afectados no tengan que estar más en la calle, el responsable de Obras Públicas, Rafael Valdivielso, informaba a este periódico que ayer mismo mandó a una cuadrilla de la Empresa Pública del Suelo de Andalucía (EPSA) para que iniciase las reparaciones. De esta manera, los cinco miembros de la familia Fernández podrán volver, en pocos días, a su casa, tal y como explicaba Valdivielso.
Muy satisfecho se mostraba también Sebastián C., titular del piso donde se originó el fuego. “Hemos presionado mucho a la Junta y a las administraciones para que se llegase a una solución. No puede ser que por mil seiscientos euros que costaba el arreglo, una familia tuviera que estar en la calle. Así que estamos muy contentos de que, por fin, se haya arreglado todo”, asegura Sebastián. De esta manera, en pocos días, e incluso horas, el calvario particular por el que ha tenido que pasar esta familia se acabará y podrán volver a vivir en “condiciones dignas”, como pedían.
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