Ser de Jaén y tener alergia al olivo es como que no te guste el aceite de oliva, un pecado, sobre todo, en una provincia donde más el 40% de la superficie está destinada a este cultivo. Miles de jiennenses se encuentran, cada año, con la tesitura de amar a su tierra u odiarla por los efectos perjudiciales para la salud que les genera. Pero siempre hay soluciones para todos y la fórmula Aula en la Costa es una gran oportunidad para aquellos niños que no pueden ir al colegio porque se ahogan. De hecho, más de treinta pequeños de la provincia ya se han mudado a Motril para continuar con su formación gracias, en gran parte, al trabajo de la asociación Alerja.
La floración del bosque de más de 65 millones de olivos, el 41,5 por ciento de la superficie de la provincia de Jaén, que se encuentra en pleno apogeo y es es el causante de que los alérgicos se encuentren en alerta máxima en Jaén. La gran cantidad de lluvias en el invierno, o que no haya llovido en el momento de la polinización que comenzó entre el 10 y 15 de mayo, y que está haciendo que se alcancen picos de más de 13.000 granos de polen del olivo por metro cúbico de aire.
Absentismo escolar, bajas laborales, éxodo hacia lugares de playa, aumento de las consultas de urgencias, son algunas de las consecuencias de esta patología que ocasiona picor, escozor de ojos, insuficiencias respiratorias o asma y que hacen que muchas personas se oculten durante estos días en sus casas o salgan a la calle con gafas de sol y mascarillas.
Por eso, cada vez más niños pierden clases debido a la alergia al polen. Para evitarlo, en Jaén existe un programa llamado Aulas en la costa. Su creadora, Marivy Palomares, presidenta de Alerja y Alerma. Asegura que ya se ha llegado a la treintena de niños desplazados hasta el centro de Motril y apunta una importante novedad de este año con respecto a otros: "Nos llegan peticiones incluso de afectados que no son de la provincia". Esto es síntoma del buen funcionamiento de un servicio que, sin duda, da un respiro tanto a los alérgicos como a sus padres. La Junta aprobó el proyecto y el año 2003 fue el primer año que marcharon diez niños a la costa, a Motril, que es la costa más cercana a Jaén, sin perder escolaridad. A medida que han pasado los años y que el Programa va siendo más conocido, este número de escolares se ha ido incrementando llegando en algunos años a superar los ochenta inscritos. Por eso, hay que aplaudir todas aquellas iniciativas que nos hacen la vida más fácil y se hacen de forma desinteresada.
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