Confesiones de 18.000 millones de alta alcurnia a la luz del Parador de Jaén

Quién le iba a decir a un pobre, en el sentido casi literal de la palabra, que una cena en el Parador de Jaén iba a cambiar su vida y a llevarle a las portadas de todos los periódicos, televisiones y radios del país. Y es que la historia de José Collado, más conocido como Pepe el trompeta, encierra confesiones de alta alcurnia bajo el manto estrellado del santo reino.

El afán personal de superación y el defender con fe ciega en lo que se cree son postura dignas de admiración. Es el caso de José Collado, conocido como Pepe el trompeta o el trompetista de Marbella, que está más que convencido de que es el hijo del Marqués de Larios. El erre que erre le ha dado su recompensa porque más de una década le ha costado a Pepe conseguir que la Justicia le de la razón y, hace unos días, se procedió a exhumar el cadáver del Marqués para realizarle la pertinente prueba de ADN y determinar si, como él cree, es su padre o no.
Pero, ¿cómo se enteró de su azul linaje? Muy fácil, lo hizo bajo el manto estrellado jiennense. Porque la historia de la familia de Collado es digna de un culebrón al estilo de la Señora. Según cuenta el propio afectado, su madre era una sirvienta que tuvo un afer con el Marqués. Corría el año 1942 cuando la madre de José trabajaba en Málaga de cocinera del marqués, que estaba casado con Pilar Príes. No tuvo hijos, aunque adoptó a Carlos Gutiérrez Maturana-Larios y Príes, fruto del anterior matrimonio de su esposa. Mientras con ella no lograba la ansiada descendencia, mantenía una relación con la madre de José, que vino al mundo el 31 de julio de 1948. Por ello, fue, como aquel que dice, desterrada hasta Martos.
Pepe El trompeta se hizo mayor y no desistió en su deseo de encontrar a la mujer que le dio la vida y, vueltas que da la vida, fue gracias al programa Quién sabe dónde, de Paco Lobatón, como la encontró. Organizaron una cena íntima en el Parador de Jaén y allí, con la cruz del Castillo de Santa Catalina como testigo, se enteró de su noble linaje.
Pero digo yo, ¿no tendrá algo que ver en su afán de proclamar su parternidad la fortuna estimada en 18.000 millones que tiene el marquesado de Larios? Noches de alta alcurnia para reflexionar sobre ello.

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