Ojo, que llega la operación bikini

Empieza el buen tiempo (aunque de momento no lo parezca con el temporal que, de nuevo azota, el norte del país) y con el calor llega la temida, horrible y odiada operación bikini. Suena a típico y tópico mencionar la influencia que tienen los medios de comunicación en los jóvenes con una personalidad frágil. Se dejan llevar hasta el límite de lo imaginable para conseguir tener un cuerpo diez. Lo que empezó siendo una obsesión de las chicas, cada vez los es mas de los hombres.

Y no es que no debamos cuidarnos, todo lo contrario. Nuestro cuerpo agradece un poco de ejercicio, comida sana y una depuración de vez en cuando. Pero una cosa es mantenerlo y otro muy extremo matarlo. Invito a todo el que lea este blog a que, por una vez en la vida, pase 24 horas con una personas enferma de bulimia o anorexia. No se pueden llegar a imaginar cómo la naturaleza de las personas te lleva a extremos que rozan la muerte. Vamos a hacer una reflexión. Vamos a imaginar que en su vida diaria no se pueden mirar al espejo, no pueden tocarse el cuerpo, cuando vayan a comprar ropa no pueden mirar la talla (y como he dicho, no pueden mirarse). No pueden hablar nunca de comida, no pueden servírsela, no pueden opinar sobre ella (porque no pueden hablar del tema, aunque no te guste). Debes comerlo todo, no beber demasiada agua, pero tampoco demasiada poca. No puedes ir solo al lavabo, no te puedes duchar solo, no puedes cerrar las puertas. Debes apuntar todo lo que haces y comes en una libreta. ¿Se lo imaginan? ¿Verdad que es insoportable?
Estos son sólo algunos de los ejemplos de lo que tiene que padecer una personas con trastorno alimenticio para poder llegar a tener un mínimo hábito en su vida. Sin mencionar terapias de grupo, psicólogos, psiquiatras y reza, por dios reza, que no tengas conductas autoestructivas.
La solución pasa por educar a las personas para que afronten de la mejor manera posible y sin dañar su salud tanto física como emocional estos meses de "presión" por conseguir una figura perfecta. Todavía veo cremas con nombre de actividades deportivas. Aparatos que rebajan la grasa en dos semanas. Y lo más espectacular, unas zapatillas de deporte que moldean el trasero. Los milagros no existen y después de tres meses lo único que habrán conseguido es gastarse una pasta.