Padre Nuestro, que estás en los cielos

Desde que un 16 de agosto hiciera la comunión, en una fecha un tanto anormal para una confirmación, siempre me he declarado agnóstica. Pero, ahora, solo encuentro en la fuerza divina la solución a todo lo que nos está pasando. Porque a mis treinta y dos años, no he visto nada parecido a lo que vivimos. Y digo a mis treinta y dos, porque es de justicia recordar que generaciones pasadas lo pasaron mucho pero.



Con la llegada del nuevo año, cada día me despierto con una sorpresa nueva. Primero, que no puedo fumar en sitio alguno y, por poco, soy persona non grata por tener este vicio y, si no, que se lo digan a Mercedes Milá. De manera pareja, las espectaculares subidas del carburante y la luz, aparejadas con un incremento mínimo de los sueldos y, si me apuras, con reducciones. El paro que ya supera los cuatro millones y que asfixia a las familias. En el ámbito más local, el cultivo estrella, el olivo, que tira por el suelo el precio y que, ahora, cuando más necesario es, se divide más que nunca. Por no hablar de Ruiz-Mateos, que a la desesperada le envía una carta a Emilio Botín para que “no le deje caer”, como si rezara el padre nuestro.

Por si fuera poco, ya no se puede circular a 110, por lo menos, en los próximos cuatro meses, gracias a la lucha de un grupo de jóvenes que tan solo anhela la democracia en los países árabes. Una reivindicación justa que nos pasa factura y nos hace recelar por nuestra dichosa dependencia energética. El cielo que tampoco está de nuestro lado. Las inclemencias meteorológicas dejan, día sí y otro también, estampas de inundaciones. Y hablando de cielo, Aena está dispuesta a dejarnos sin vacaciones de Semana Santa y, si nos descuidamos, de verano.

Mientras tanto, los trabajadores de a pie, aquellos que luchamos por llegar a final de mes y por vivir dignamente, haciendo lo que nos gusta o lo que poco sabemos ser, se nos piden solidaridad. Solidaridad con los empresarios que lo están pasando muy mal. Esos mismos que no renuncian a a sus coches, a sus viajes y a una vida de confort que millones de españoles no podrán tener, a excepción que les toque la lotería. Nos piden que seamos comprensivos con los expedientes de regulación de empleo, los mismos en los que aprovechan para meter tajada y colocar a algún que otro familiar; que demos lo mejor de nosotros para hacer resurgir a la empresa. Lo mismo que los políticos que, ahora, cuando llega la campaña, se acuerda de ti, de lo importante que es tu voto.

Pues sí, por una vez empresarios y políticos tienen razón. Ahora es cuando somos importantes. Ahora es cuando nos hemos convertido en el único motor capaz de hacer funcionar todo el engranaje, aunque la gente importante todavía tenga los ojos tapados. Porque como en el fútbol, baloncesto o cualquier otro deporte, es el trabajo en equipo el que puede sacarnos de este embrollo en el que dirigentes políticos y empresarios codiciosos nos han mentido. Aviso a navegantes, con individualidades se puede meter un gol, pero nunca ganar un partido. Por lo que, Padre Nuestro, que estás en los cielos, ayúdanos a ser coherentes.

1 comentario:

  1. Estas palabras mensajeras a traves de las distancias, deseo lleguen a ti y seres queridos , portadoras de cariño y energias de BienEstar:
    Que tú corazón esté ligero y tus bolsillos pesados.
    Que la Buena suerte te persiga.
    Que cada día y cada noche tengas muros contra el viento, y un techo para la lluvia.
    Que tengas alimento junto a la fogata y, risas para consolarte.
    Que aquellos a quienes amas estén cerca de ti,

    Y........todo lo que tú corazón desee!
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    FELIZ NOCHEBUENA..FELIZ NAVIDAD!!
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    Abuela Cyber
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