Es el titular de la Asociación de Restaurantes, Cafeterías y Bares. Hoy preside la asamblea general de la entidad en la que ocho empresarios reciben un homenaje por su constancia dentro del sector.
—¿Cómo afronta la asamblea general de hoy?
—Con muchísima ilusión porque la respuesta de los asociados ha sido tremenda. Después del año que llevamos de crisis, no esperábamos una respuesta tan abrumadora y masiva de todos los asociados. Nos vamos a meter en trescientas asistentes, y para nosotros es un orgullo tremendo y nos anima a seguir trabajando. Efectivamente. Así, la asamblea empezará, primero presentaremos el informe del presidente y después haremos un homenaje a todos aquellos asociados que llevan más de 25 años en la profesión. Este año son ocho los empresarios a los que les han correspondido y en la cena de gala se les entregará el reconocimiento por su trayectoria.
—En tiempos de crisis, ¿se puede decir que es un éxito aguantar tanto tiempo?
—Es un mérito tremendo. Mantenerse al pie del cañón, como se dice en estos casos, y en una actividad como la nuestra, en la que en cualquier situación de crisis somos uno de los más perjudicados porque es evidente que las prioridades de las familias son otras —la hipoteca, dar de comer a sus hijos, los colegios, la ropa ...—. Estar 25 años trabajando y manteniendo un negocio como los nuestros tiene un mérito tremendo y por eso queremos hacerles este reconocimiento. Además, se merecen ese reconocimiento público, tanto de la asociación como de sus compañeros.
—Su colectivo crece en número de asociados año tras año y ya va por 487 afiliados. ¿Cuál es el secreto?
—Intentamos convencer a los asociados de que somos una herramienta más dentro de los negocios. Estar asociado siempre tiene beneficios y se lo intentamos comunicar a los empresarios que aún no pertenecen a la asociación. Estamos hablando de que por una cuota muy pequeña damos una cantidad de servicios tremendos. Luego, esos servicios, si no están asociados, les van a costar más caros fuera que lo que nosotros les vamos a dar. Estamos intentando convencerlos. Pero lo importante es que nos va bien, porque en la situación en la que estamos que, además, se incremente el número de afiliados es muy importante.
—¿Cuáles son las dudas o los principales servicios que demandan los asociados?
—Los primeros servicios que nos demandan, porque es casi obligatorio, es información laboral, de inspecciones o asuntos de este carácter, vinculados a algún problema. En el tema de terrazas, la documentación que hay que presentar a ayuntamientos, consejerías —tanto de Consumo como de Empleo— es la información que más prestamos. Lo importante es que el empresario sepa que detrás de ellos siempre estará esta asociación para ayudarlos y estar pendientes de darles todo aquello que necesitan. El asociacionismo es imprescindible hoy en día y es importante que ellos lo sepan. Para luchas a favor de nuestros intereses es importante estar unidos.
—El de la hostelería es un sector que sufre mucho las incidencias de la vida diaria. Les afecta el descenso del consumo, las obras perjudican a las terrazas y, ahora, la ley del tabaco. ¿Cómo se vislumbra el futuro del sector y cuáles son las líneas de trabajo a seguir?
—La verdad es que cualquier incidencia nos afecta. Somos uno de los sectores más sufrido. Con las obras, por ejemplo, ha afectado a aquellos profesionales que tienen su negocio allí donde se trabajaba. Por otro lado, estoy convencido de que todo el mundo es consciente de que el tabaco es perjudicial para la salud y que hay que erradicarlo. Pero al sector nuestro no le beneficia en nada porque últimamente hemos hecho muchas inversiones como, por ejemplo, en instalar pantallas para seguir el fútbol y, ahora, con la entrada en vigor de la ley, estas reuniones y tertulias se perderán. Es cierto, y en eso estamos con cierta ilusión y optimismo, el pensar que como la normativa se aplica a nivel general pues la gente, antes o después, entrará a un bar a tomar una cerveza, aunque no se pueda fumar. Pero si tenemos que salir a la calle a fumar, son consumiciones que se dejan de servir. Es evidente que todas estas situaciones nos afectan mucho, y más en tiempo de crisis. Estamos preocupados, pero no perdemos la ilusión y estamos convencidos de que a partir de marzo y abril, con la nueva temporada de terrazas, la economía empezará a espabilar. Es nuestra tabla de salvación y esperemos poder mantener nuestros negocios que mucho esfuerzo y sacrificio nos está costando.
—Una de las labores más importantes que hace “Asostel” es la promoción de la gastronomía jiennense y el aceite. ¿Se debe incidir más en ello?
—Es imprescindible promocionar la cocina jiennense. Para el turismo, la gastronomía es fundamental, es el brazo más importante de nuestros negocios. Además, está demostrado que el nivel de satisfacción de los clientes es muy alto, de hecho nos dan un ocho. Esto quiere decir que nuestra cocina tiene un reconocimiento importante de los clientes. Tenemos varios eventos, durante el año, para potenciar la gastronomía jiennense. Prácticamente, en casi todas las ciudades ya celebramos rutas de la tapa. Este es un tipo de gastronomía que queremos potenciar porque el cliente nos lo demanda. Las tapas de Jaén tienen una de las calidades más importantes en el ámbito nacional. Además, tenemos el Certamen Gastronómico “Asostel”. La participación es tremenda y es que hay una inquietud tremenda por demostrar la calidad de nuestra cocina y para nosotros, es un sector prioritario.
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