De superhéroe a villano y viceversa

Ni los buenos son tan buenos, ni los malos son tan malos. Esta es una reflexión que me ha acompañado durante toda mi corta vida y que ahora, más que nunca, la tengo presente en mi mente. Los poderes del Estado están para regular las condiciones de nuestra comunidad, coordinarnos y, en caso de vulneración, castigarnos. Pues bien, resulta que hay un superhéroe, ya famoso en todo el mundo y que consigue viajar por las redes sociales a la velocidad de la luz, que ha pasado a ser villano por hacer su trabajo: juzgar aquellos que incumplieron, intentar esclarecer un pasado (o un presente, depende de la causa) y, cuando sea necesario, castigar a sus responsables. Una premisa que parece obvia, en España, este santo país, todavía no se entiende. Y es más, nos llevamos las manos a la cabeza!!

El rotativo estadounidense The New York Times abrió la lata de los posicionamientos internacionales en pro del magistrado de la Audiencia Nacional, el jiennense Baltasar Garzón. A partir de ese momento, The Guardian, Financial Times, Associated Press y un sin fin de diarios de todo el mundo tildan de injustos los procesos abiertos contra el juez de Torres.
Y es que no es para menos,  porque este caso tiene más visos políticos que judiciales. No hay que ser muy inteligente para descubrir las manos que mueven la marioneta (dígase señor Varela). La acusación principal contra Garzón la avala un grupo fascista residual que considera que se extralimitó en sus poderes al investigar crímenes contra la humanidad cometidos por las fuerzas franquistas en la Guerra Civil de 1936-1939 y en las represalias de la postguerra. Más y mejores muestras, Manos Limpias copió un auto de Varela  (léase El País de hoy), como si del negro de Ana Rosa Quintana se tratara. Por no hablar de los que protestan por el enjuiciamiento al PP en el caso Gürtel.
El problema de fondo se concentra en la idiosincrasia de la propia política en España. Desde que el PSOE  ganara las elecciones de manera espectacular a raíz de los atentados contra los trenes de Madrid en el año 2004, el sistema se basa en la destrucción, en la confrontación y, como si de un matrimonio mal avenido se tratada, en tirarse los platos a la cabeza. Y, simplemente por ello, se convierte en villano a un superhéroe, a una personas que lucha por lo que considera justo. Desde luego, tendrá sus secretos y sus fallos pero, de momento, no han salido a la luz.
Reflexión: Poca memoria tienen los barones del PP. Cuando el vecino de Torres se lió la manta a la cabeza para sentar en el banquillo a los miembros de un comando armado habilitado por el gobierno socialista para acabar con ETA (GAL), nadie dijo nada. En aquel momento, Garzón fue el héroe que acababa con los barones socialistas y, ahora, es el villano que aniquila a sus homólogos popular.

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